Ayer fue la víspera de Reyes, y la verdad es que este año me propuse vivirla a tope. En algunas ocasiones anteriores, me había ido con mis niños un ratito y luego regresaba a la tienda. Esta vez decidí hacer el horario especial, como vísteis muchas: seguir abiertas al mediodía y cerrar una vez pasase la cabalgata de los Reyes Magos por delante de La Canastilla. Sí, habéis leído bien.
Este año, se ha trasladado a la Puerta de Purchena la bienvenida que el alcalde hace a los Reyes. Así que el camino desde la Alcazaba pasaba por nuestra Calle de las Tiendas, y pudimos ver a todos los pajes con sus antorchas y con parada del mismísimo rey Melchor y su camello en la puerta de La Canastilla, que se puso a hablar con los niños que tenía en ese momento en la tienda. A los míos les iba a dar algo. Pero es que fue muy emocionante, nunca habíamos visto a los Reyes tan de cerca, y je je, tampoco a un camello.
Un ratillo después de eso cerramos, y llegamos a tiempo para ver toda la cabalgata pasar a la altura de Obispo Orberá, con la correspondiente lluvia de caramelos. Nos hicimos niñas otra vez, lo disfrutamos muchísimo. Creo que momentos como estos los recordaremos siempre. Y por supuesto, y mientras mis niños sigan queriendo ver la cabalgata, el año que viene haré lo mismo.
¡¡Los Reyes de esta año han sido mágicos!!
Y
después del tradicional tazón de chocolate con roscón en casa de los
abuelos, nos vinimos a casa a preparar el salón y acostarnos prontito.